Radiadores Vs Suelo radiante

QUÉ ES MEJOR: ¿RADIADORES O SUELO RADIANTE?

¿Alguna vez os habéis hecho esta pregunta y no habéis sacado nada en claro?

En este artículo os explicamos cuándo se puede poner suelo radiante y las diferencias de confort y temperatura ideal respecto a otro tipo de calefacciones.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la curva ideal que se muestra en una de las imágenes inferiores es la más saludable ya que el calor se distribuye uniformemente desde el suelo hasta el techo, teniendo así los pies calientes y la cabeza a menos temperatura. Actualmente existen muchos tipos de calefacción como son los radiadores, convectores por aire, suelo radiante, etc además de los distintos tipos de energía para generar este calor. En la imagen se puede apreciar cómo la curva de calefacción más parecida a la ideal es la del suelo radiante, ya que no estratifica el aire a la altura en la que se encuentras las personas y deja el aire frío en la parte superior, donde ya no es necesario.

Pero, ¿Siempre se puede colocar suelo radiante? ¿Cuándo se desaconseja? ¿Qué implica?

El suelo radiante es un sistema de calefacción que consiste en recircular agua caliente (o fría) a través de tuberías plásticas instaladas bajo el pavimento del espacio a climatizar. Estas tuberías calientan o enfrían el pavimento y este a su vez cede esta energía al espacio en el que se encuentra, permitiendo de este modo un reparto uniforme del calor o el frío en todo el espacio. Este agua, que se recircula bajo nuestros pies, se encuentra a una temperatura de entre 35 y 45 ºC, alcanzando el pavimento una temperatura máxima de 29ºC. Esto genera un ahorro económico importante al no ser necesario elevar el agua hasta 80ºC como en instalaciones de radiadores. Podéis ver en las imágenes inferiores, un detalle común de un suelo radiante con las distintas capas y espesores del sistema.

Por lo tanto, no siempre es posible colocar suelo radiante. Lo ideal para su instalación es que sea en una nueva edificación y tengamos un sistema de generación de calor que nos permita trabajar a bajas temperaturas como son la geotermia, la aerotermia, los paneles solares, la biomasa o la caldera de condensación (en orden de más a menos eficiente). El pavimento que vayamos a colocar, es recomendable que tenga inercia térmica para que el calor se mantenga en el pavimento y vaya expulsándolo poco a poco y uniformemente en el espacio (suelos cerámicos o de piedra).

Por lo tanto, no es muy recomendable para: Reformas de poca envergadura, ya que este sistema de calefacción eleva la altura del suelo y además, puede requerir cambiar las puertas o quitar el suelo existente, entre otras incomodidades. Tampoco para sistemas de generación de calor con altas temperaturas como por ejemplo calefacciones centrales. O para espacios en los que se quiera tener un pavimento de madera, sintético de pcv o laminado de madera (pavimentos con poca inercia térmica).

Puedes contarnos tu caso en concreto y te ayudaremos a tomar la mejor decisión.